01/19/06
Amanecía, y el nuevo sol pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo. Chapoteaba un pesquero a un kilómetro de la costa cuando, de pronto, rasgó el aire la voz llamando a la Bandada de la Comida y una multitud de mil gaviotas se aglomeró para regatear y luchar por cada pizca de pitanza. Comenzaba otro día de ajetreos. Pero alejado y solitario, mas allá de barcas y playas, estaba practicando Juan Salvador Gaviota. A treinta metros de altura., bajó sus palmeados, alzó su pico y se esforzó por mantener en sus alas esa dolorosa y difícil torsión requerida para lograr un vuelo pausado. Aminoró su velocidad hasta que el viento no fue mas que un susurro en su cara, hasta que el océano pareció detener allá abajo. Entornó los ojos en feroz concentración, contuvo el aliento, forzó aquella torsión un…solo…centímetro…mas…Encrespáronse sus plumas, se atascó y cayó. Las gaviotas, como es bien sabido, nunca se atascan, nunca se detienen…"Detenerse en medio del vuelo es para ellas vergüenza, y es deshonor". El relato antes mencionado, es el comienzo del libro “Juan Salvador Gaviota” de Richard Bach…
Cuentame… ¿Alguna vez te has detenido en medio del vuelo...qué has sentido?...
Yo he sentido que el oyo negro a mis pies...muevo mis alas y vuelvo a mi mundo.
Se busca a Luna
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Cómo están? Imagino que con pena como muchos chilenos viendo lo que ha
sucedido en el sur de nuestro país.
Quiero pedirles que nos ayuden a compartir estas ...
Hace 1 año