Hace muchos años que yo no salía sola en micro. Acabo de tomar la que me lleva a
Ventana, un pequeño gran pueblo en frente de la playa, camino a encontrarme con mi Virgen. Aquella que de pequeña abrió sus brazos para cobijarme en silencio sin decir palabras, solo me miraba. Es rara la sensación de andar sola y con menos peso, menos preocupaciones, casi libre, pero presa de mis recuerdos. Trataré de hacerme la valiente en una de esas camino y llego lejos.
Todo me parece desconocido.
Creo que había perdido la capacidad de asombro estando quieta en un lugar que no gira, miles de casas nuevas, el viejo bosque donde pasábamos las vacaciones de infancia desapareció por completo, en su lugar casas, plazas y juegos.
La gran roca empotrada en la orilla, fiel testimonio guardada en fotos blanco y negro continúa al parecer donde mismo. Es extraño mirarla, sonidos lejanos de años pasados retumban en mente y oídos. Es la voz de mi padre para que corra a subirme a la roca y me ponga para la foto. Son recuerdos en silencio de mente nostálgica triste ante una realidad sin vibraciones humanas por este momento. Tendré que esperar. Es mi luto.
Un témpano de hielo frente al mar. Asi siento que quiero mi alma, sin sentimientos que me dañen al seguir caminando. Es cruel la muerte cuando se apodera de tu ser. No respeta nada, todo basurea, no hay nada que la pare, nada que la detenga. La tristez llega sin querer partir.
Hermoso día...que tiempos que no caminaba por la playa de Ventana, recorrer esa cantidad de kilómetros maravillada de tanta naturaleza, y mas encima Diosito pinta el paisaje para mí...enamorada de aquella caminata, redescubrir que la vida es lo mas importante en este mundo, que las penas existen para darnos cuenta de la felicidad. Caminar con nostalgia, con libertad, es raro. De que me sirve la libertad, si no la se ocupar?
Gracias Dios por cada regalo que me entregas, por respirar, por entregarme cada día en algo tan simple como una mirada hacia el horizonte, ahí siempre estarás tu. Hermosa puesta de sol.
La vida no es la que uno vivió, sino lo que uno recuerda, para contarla.
Son mis palabras parte de mis recuerdos.
Marcela Opazo Castro
No hay comentarios:
Publicar un comentario