Tal vez eres muy joven todavía para saberlo, pero hay que ir juntando las pequeñas joyas que se encuentran en el camino de nuestras vidas, en el largo sendero que es a veces el transcurso de la existencia: Una palabra de afecto, la comprensión oportuna, la mano tendida, la puerta generosa que se abre como una mañana, la flor, la rama, la sonrisa, el rocío que al alba estremece, la cordialidad de un instante, la mirada comprensiva, la defensa del indefenso o del que nunca tuvo nada (y que tal vez nunca tenga nada), el gesto hidalgo hacia los que nos dieron lealtad o nos otorgaron su compañía.
Tal vez ahora tu no puedas entenderlo todo. Tal vez
los jóvenes se precipiten en el vértigo de los primeros años, que no dejan ver claramente el panorama a los adultos, pero cuando el tiempo se acumula y el alma se
estremece con cuánto resplandor brillan esos tesoros que un día no quisimos tocar acaso porque creímos que siempre estarían a nuestro alcance, que jamás se irían río abajo como se fueron esas piedras hermosas que desaparecieron para siempre en el torrente inevitable de las aguas. Pero con el tiempo, al ir guardando todas aquellas joyas, nos encontraremos que tenemos en nuestra vida un enorme y valioso Tesoro.
Y tú... ¿Qué quisieras guardar en el cofre de los buscadores de tesoros?
Yo tengo mi cofre casi lleno de joyas entre ellas las mas importante: mi familia, mis sueños, mi libertad.
Que Dios los bendiga.
UtopiasChile
Respeten los seres vivos, la vida es hermosa, no la mates
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