Todo comenzó como un juego,un juego entretenido donde sin querer llegué a participar y ¿saben que?...me sirvió para darme cuenta que no soy tan imprescindible para mi casa. No se enojen, pero por cuatro días fui quien no me gustaría ser, no era mi ambiente, no era mi mundo, jamás cambiaría lo que tengo por una mentira y también saben que mi mundo personal no lo cambio por nada.
Me faltó la varita mágica para haber cambiado lo que no me gustó. Un hombre de mentira que mas tenía cara de cafiche argentino.
Lo mejor de todo el haber conocido a dos niños maravillosos que aun mantengo su cariño y entrega en mi pensamiento.
Algún día les contaré la odisea de haber participado en un programa producido en televisión, cuando pasen los tres años del contrato que me libera de toda responsabilidad.
A esperar esa fecha mi mundo es mágico, es increíblemente maravilloso. No hay nada como mi familia.
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