16 mar 2006

Sharpei Firulai Adriana del Carmen



Hoy quise recordarte, hace ya tanto tiempo de ello que la nostalgia en este invierno ha llegado a mí, debe ser el frío que se dejó caer sobre la ciudad.

Acostumbro a ir al cementerio el día de mi cumpleaños, pues bien, ese día ya venía casi saliendo de vuelta a casa, cuando de repente algo o alguien me llamó la atención. Era hermoso!...y lo mas extraño fue sorprenderme de que en ese lugar hubiera un perro de magna raza como la de el, sharpei. Me detuve para deleitarme como corría a pesar de estar increiblemente flaco, pero aún corria, quizás un tanto atrevido por su raza quizás. Me acerqué a preguntar a un señor que estaba trabajando y me contestó:
Ah, ese perro es Firulay, dicen que tiene como seis meses hace 3 que está botao aquí, si quiere se lo lleva por $30.000
Queeee?... dije yo... yo jamás he comprado un perro.
Bueno ya, deme $ 15.000
Uta que es porfiado usted, le digo que jamás he comprado un perro.
Y ahí empezó nuestra conversación, que porque me habia fijado en el si nadie, lo quería, por eso mismo dije- yo lo quiero.
Fue tanto que a la media hora, luego de conversar de su vida y la mía, de decirle que no era Firulay macho, sino hembra, lo convencí de que la pusiera en mi auto para llevarmela de ahí, que conmigo iba a estar bien, o sino la perrita iba a entrar en celo e iba a sufrir mucho. Fue entonces que lo convencí. La puso en mi auto y partí, mas feliz que perro con pulgas. La llevé al veterinario con mi hija. Según veterinario, ella estaba enferma, grave con bronconeumonia, se puso en tratamiento, era super brava, cada vez que se enojaba fruncía el entreceño. Entonces en su abandono y sufrimiento la empecé a amar, tanto que no importó que me echaran de mi casa. Otro perro mas, y este era diferente a los demás.
Se la mostré a mi esposo y el me apoyó, se la empezó a ganar, con el tiempo la sacamos adelante, y ahora tenía nombre FIRULAY ADRIANA DEL CARMEN. No se rían, es en serio, Firulay porque siempre entendió por ese nombre, Adriana porque quien me la regaló se llama Adrián y Carmen porque de quien ella se enamoró, es Carmen su segundo nombre, su amo.
Era tan especial, corredora como ella sola. Un día la llevamos a concursar al Plaza Tobalaba para que corriera, corrió mi esposo y ella atrás. Adivinen quien ganó la carrera?
Al parecer nunca tuvo celo, o no se le notaba. Me dió tanto trabajo sacarla adelante por su pelaje tan delicado, vivía botando pelo. Cuando mi esposo la bañaba, había que tener un cuidado único, abrir cada arruga que tenía y secarla super bien para que no quedara húmedo y se formaran hongos. Le gustaba balbucear con su tremenda mandíbula, parecía que rumiaba como comiendo chicle. Hasta fue estrella de televisión junto al profesor Rosa...jajaja.
Un día de abril, no se paró mas, dejó de comer, intentaba ponerse de pie y se caía, yo por mi parte hacía lo imposible por ayudarla, pero era tan fuerte el dolor que ella sentía, que me mordía cada vez que la tocaba, y en su dolor, perdió su esfinteres, se orinaba, yo la limpiaba, pero no había caso, el dolor pudo mas. Llamé al veterinario y me dijo que no había caso, tenía un problema neurológico, pero Dr. le dije, tiene todas sus vacunas, si, me dijo, pero no a su debido tiempo, cuando tu la recogiste ya tenía ocho meses, el daño ya estaba echo. Nada que hacer.
Fue el peor día de mi vida. ¿Como tomar la inmensa desición de quitarle la vida para que no siguiera sufriendo?. Con el dolor impregnado en mi piel, tuve que hacerlo. Solo pensé en su bienestar, en su sufrimiento. Y eso que siempre he sido cobarde cuando me ha tocado tomar la resolución de hacer dormir a un perro, soy muy cobarde y reniego de mí por esto, no concivo eutanasear a un animal, aun no logro adecuarme a ello. No soy capaz de estar en ese momento, ni por mas que lo intente, no hay caso. Hoy Firulai está en el jardín de mi casa acompañando a todos los que tengo ahí y también estará donde están todos. Algunos le llaman El Puente del Arco Iris. Quizás algún día la encuentre junto a los míos esperando por mí.
Las lágrimas aún se dejan caer sobre mi rostro cada vez que la recuerdo y aun no me conformo con haberla perdido. Era tan especial mi Firulai, tan especial que no ha habido nadie que la haya reemplazado. Es tan única en el mundo como todo perro que llega a mí.
Recordándote FIRULAY ADRIANA DEL CARMEN, fuiste grande Firu. Así de hermosa era, en la mejor de su época a mi lado, tal como sale en la foto.
Firulai fue una mas que se cruzó en mi camino...y cambió nuestra vida llenándola de alegrías, fidelidad y entrega.

Un escrito, una de mis lágrimas...en un recuerdo.


A la próxima les cuento donde queda el Puente del Arco Irís.

NO AL ABANDONO DE PERROS
NO AL MALTRATO ANIMAL

Marcela Opazo

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por esas palabras para tan grandioso y maravilloso amigo fiel yo tambien adoro a los animales y ayudo a los me necesitan

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