Envíanos algunos locos,
de aquellos que se comprometen a fondo,
de aquellos que se olvidan de sí mismos,
de aquellos que saben amar con obras y no con palabras,
de aquellos que se entregan verdaderamente hasta el fin.
Nos hacen falta locos, desafinados, apasionados, personas capaces de dar el salto en el vacío inseguro,
desconocido y cada día más profundo de la pobreza;
aquellos que saben aceptar la masa anónima, sin deseo de utilizarla como escabel;
aquellos que no utilizan para su servicio al prójimo.
Nos hacen falta locos,¡Dios mío!.
Locos en el presente, enamorados de una forma de vida sencilla, que amen la naturaleza,liberadores del pobre, amantes de la paz,libres de compromisos,decididos a no hacer nunca traición, despreciando su propia comodidad, o su vida, plenamente decididos por la abnegación, capaces de aceptar toda clase de tareas,de partir dondequiera que sea por disciplina, al mismo tiempo libres y obedientes,espontáneos y tenaces, alegres, dulces y fuertes.
Padre Lebrel
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El mundo está tan como las reverendas pelotas, cada cual embarra con mas ahinco al del lado, mata a un inocente ser, tirándolo de un quinto piso, se descarrilan en sus lenguajes, llenos de ignorancia y odio.
¡Que falta de amor hacia el prójimo!
¿Donde están aquellos locos que necesitamos?
¿Quisiera saber donde mas hay locos como yo?
Así de simple. Loca enomorada de la vida, las noches de luna llena, los perros, amar aunque duela, audaz, tenaz, constante, fiel, orgullosa de mis locuras.
Aqui estoy Señor.
Utopias
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