Aférrate a la fe, porque es la fuente de la creencia de que todo es posible. Es la fibra y es la fortaleza de un alma confiada.
Aférrate a la esperanza, porque destierra la duda y da lugar a actitudes positivas y alegres. La esperanza nunca se pierde.
Aférrate a la confianza, porque se encuentra en el corazón de las relaciones fructíferas que son seguras y satisfechas.
Aférrate al amor, porque es el don más preciado de la vida, porque es generoso, se preocupa y da significado a la vida.
Aférrate a la familia y a los amigos, porque son las personas más importantes en tu vida y porque hacen del mundo un lugar mejor. Ellos son la vida que ha crecido con el tiempo para ayudarte a seguir tu camino y permanecer siempre cerca de ti.
Aférrate a todo lo que eres y a todo lo que has aprendido, porque esto es lo que te convierte en un ser singular. No menosprecies lo que sientes y lo que crees que es bueno e importante, tu corazón te habla con más fuerza que tu mente.
Aférrate a tus sueños, alcánzalos de manera diligente y honrada. No tomes nunca el camino fácil ni te rindas ante el engaño. Recuerda a otros en tu camino y dedica tiempo para atender sus necesidades. Disfruta de la belleza que te rodea. Ten valor para ver las cosas de manera diferente y más clara.
Haz del mundo un lugar mejor día a día y no te olvides de las cosas importantes que dan significado a tu vida, aunque sean pocas, ellas existen, ahí están al alcance de nuestra mano.
Tómalas...
Marcela Opazo Castro
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